El macuto de un guripa

El punto de vista de un viejo divisionario

sábado, 28 de marzo de 2009

Aclaración de Alicia

Disculpad mi silencio, pero he tenido un grave conflicto familiar. Mi tío y mi padre montaron en cólera cuando se enteraron de que informaba por aquí del estado de salud de mi abuelo (que va mucho mejor), así que me han prohibido que vuelva a escribir nada.

Tan solo escribo esto para avisar que el blog quedará mudo hasta que no sea mi propio abuelo el que venga para escribir.

Lo siento. Alicia.

P.D.: Me han prohibido escribir aquí, pero no el hablar con un profesor amigo, ya mencionado en estas entradas, que tiene otro blog. El lunes iré a verle y le contaré mis nuevas circunstancias.

jueves, 12 de marzo de 2009

Parte

Soy Alicia. Tengo que ser muy rápida, me esperan dentro de un rato en casa pero no he querido dejar de avisar.

Al final se han llevado a mi abuelo a Madrid... y está ingresado. Según parece, tiene para un par de semanas.

De moral, está fenomenal. Le pregunté si quería algo de su casa, y me pidió unos cuantos libros... y un block de notas. Me promete escribir todos los días. Cuando vaya a verle, la semana que viene, aprovechando las mini-vacaciones de las fallas, le arrancaré unas cuantas hojas y las transcribiré aquí.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Noticias

Hola, soy Alicia.

He tardado por problemas personales. Mi abuelo sigue malucho, los problemas circulatorios de la pierna que han derivado en una úlcera muy dolorosa, parece ser que se agravan porque en esa misma pierna durante mucho tiempo conservó un trozo de metralla que, hasta años después, no le sacaron.

Aunque nos ha asustado bastante (pensábamos que llegarían a amputarle la pierna, por mera ignorancia médica), parece que va recuperandose. Aunque quizá después un tío mio se lo lleve a Madrid para que lo vea un especialista muy amigo suyo que atiende allí.

Sol: por razones obvias no le he pasado tu recado. Y no hay correo electrónico que darte, porque el suyo, lo gestiono yo mientras no esté bien.

Pero tengo alguna noticia más. Y una sorpresa.

La noticia es que hoy he comido con mi amigo, el padre del niño... y luego le he acompañado a la clase que daba. ¡Yo quiero ser alumna suya!. Es la primera vez que oigo a alguien mencionar a Spengler en estas aulas, y eso por no contar otras cosas que a mi, me dejaron preocupada. Decir alguna que otra de las frases que le he escuchado me temo que tiene sus riesgos.

Y la sorpresa: tengo unas líneas de mi abuelo que transcribir, lo que hago inmediatamente. Espero entender bien su picuda letra.

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Grados de corrupción.

No voy a defender al PP. Ni son "los mios", ni tan siquiera me gustan. Pero si tengo que decir que me hace gracia, mucha gracia, ver al partido socialista acusándole de corrupción, con esa marioneta histérica que es el juez Garzón (lo siento señoría, pero creo que a mi edad no me puede encausar) lanzando improperios.

No dudo de que el PP esté lleno de ladronzuelos y desgarramantas pero ¡quien fue a decirlo! Un partido que se ha caracterizado históricamente, desde Prieto a Zapatero, pasando (¡y vaya que pasando!) por Felipe González le acuse de corrupción, viene a ser como si un drogadicto afeara a los fumadores su actitud.

Por supuesto, el hombre de la calle no tiene memoria, no recuerda a Filesa, a Matesa, a las cabezas rectoras del estado, desde el BOE a la Guardia Civil viendo el mundo a través de las rejas. Y, claro, el PP no tiene narices para recordárselo a la gente. Como decía Ricardo de La Cierva, no son más que un atajo de cobardes y coprófogos. Así les va, así nos va a todos.

Y, dentro de toda esta película, destaco a tres actores principales. Destaco a ese ministro, que dice que luchará contra los hijos tras luchar contra los padres, olvidando quizá el pasado muy azul de su progenitor, al que, imagino, habrá abandonado en una gasolinera. Ministro que defiende la igualdad, pero que es más igual que los demás, que se permite cazar sin permiso. Claro que "ud. no sabe con quien está hablando".

Destaco también a ese juez valiente, que le manda a los guardaespaldas a un par de jubilados que lo increpan, pero que le da un soponcio, quizá, por el retraso que tuvo la partida de defunción de Franco. Claro porque ¿y si estuviera vivo aun?. Corriendo a la frontera, majo. Eso, o a entrenar levantando el brazo. Seguro que tu familia te podría enseñar a hacerlo. Ese juez, estrella con acciones para ser estrellado, que brinda por las decenas de años que debe quedarle al PSOE. No dudo que así será, con los mimbres que tenemos nos saldrán esas cestas, pero que un juez (¿imparcial?) brinde por ello... si, con Stalin pasaban cosas así.

Y, como traca final ¡Gallardón, borracho!. ¿Que dirá tu suegro si se entera?. O mejor ¿que dirán tus camaradas con los que vendías opúsculos más bien nazis en la Castellana hace ya muchos años?.

Tenemos unos políticos que, lamentablemente, nos lso merecemos.

Vamos directos al pudridero.

sábado, 14 de febrero de 2009

Aun igual

Soy Alicia de nuevo.

Mi abuelo sigue pocho. Quizá un poco peor, pues le llegó la noticia de la muerte de un camarada, Leopoldo Espósito, de Madrid, y le ha afectado bastante. Me contó mi tio que este domingo pasado se quedó en casa y vio la misa por la TV, así que si debía estar tocado por la noticia, pues no es propio de él.

Espero poder daros buenas noticas pronto.

En cuanto a la otra preocupación que comparto con vosotros, poco más se. Vi al niño el jueves y, su padre tenía razón, no aparenta estar enfermo, desborda vitalidad. De hecho se mueve como dieciseis. Hasta intentó levantarme la falda, vamos. Me contó una anecdota con pelos y señales, que despues al verla transcrita me emocionó igualmente, el niño tiene todo un caracter. Así debería estar siempre. Este lunes pasaré a ver a su padre, para interesarme por posibles novedades, se que tienen muchas citas pendientes en el hospital.

sábado, 7 de febrero de 2009

Alicia - Mi abuelo sigue un poco pocho

No quería dejar pasar más tiempo sin venir por aquí y daros cuenta de la salud de mi abuelo. Tenía problemas en las piernas, y se ha complicado con el frío. Ahora está muy, muy constipado, y a su edad no creemos conveniente que se mueva de donde está. Luis: le he pasado tu recado. Pablo: no ha podido ni verlo, ha estado unos dias sin levantarse de la cama.

Pero está muy bien cuidado y mi abuelo es muy fuerte, una roca, no es su salud la que me preocupa.

Llevo toda esta semana dudando sobre si escribir esto. Y hoy me he decidido. He consultado a mi abuelo y me ha dado no solo su permiso, sino su bendición. Él ya habló del tema antes de irse, y sigue muy preocupado las noticias que le voy dando.

Esta semana ya no tenía exámenes. Me pasé a saludar a mi amigo, el profe, pero no estaba. Al día siguiente fui para restregarle por la cara que se fuera del despacho en horas de tutorías pero cuando le vi la cara supe que algo había pasado. Y no me equivocaba.

El día anterior habían ido al especialista con el niño. Me contaba que su mujer salió prácticamente llorando, y que a él solo le contuvo el tener a su hijo delante. Quien les atendió les dijo a las bravas poco menos que solo podían esperar a ver como evolucionaba. Y cuando preguntaron los síntomas que debían esperar les dijo: "Variables. De problemas oculares, a que tenga un aneurisma de aorta y se muera en segundos".

Me puse a llorar allí mismo. Y ahora, también al recordarlo. Mi amigo tiene Fe, una Fe a prueba de bombas, ha pasado por situaciones difíciles por desgracia con una frecuencia poco frecuente. Terminó consolándome a mi.

Y yo, solo puedo rezar. Cuando se lo dije a mi abuelo, me dijo: "Reza, reza sin parar hasta que las palabras te duelan en la garganta". Mi abuelo no llora, o lo hace pocas veces. Pero se que por dentro, lo hacía.

El jueves no iré a clase por la tarde. Me voy a escapar para tomar café con mi amigo... y acompañarle a recoger a su hijo al colegio. Necesito verlo.

Disculpad por robar vuestro tiempo. Pero necesitaba contarlo. Y el dueño del blog, me deja.

sábado, 31 de enero de 2009

Aun en Castellón. Escribe Alicia.

Hola a todos. Mi abuelo sigue tocado del ala y a su pesar, debe quedarse unos días más con mi tío.

Siento no haber podido pasar a colocar un texto que tengo de mi abuelo, ni a revisar el blog, pero estamos de exámenes y esos mandan. Gracias a un profe (algo cascarrabias ;)) que me dejaba un rincón de su despacho para estudiar he podido tener la tranquilidad que tenia en casa de mi abuelo sin tener que venir hasta aquí... y como el despacho está en el mismo campus, me he ahorrado un montón de tiempo en desplazamientos. Lo malo, es que he descuidado esto.

Paciencia. Mi abuelo parece ir mejorando y, aunque no venga enseguida, yo si me liberaré de exámenes y podré transcribir lo que él me mande.

Antes de teclear su texto, que me ha costado de entender su letra picuda lo que no imagináis, tengo que dar un recado:

Pablo, he pasado tu cuestionario a mi abuelo. Se lo he mandado al fax de mi tío. Lo que no se es lo que él finalmente hará. Cuando vaya a verle, le insistiré para que te ayude. A mi no suele negarme nada.

Y ahora, el texto prometido.

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Israel, Palestina y los rojos.

Quien de mi sabe tan solo que he sido un voluntario de la División Azul, tiende a pensar que, por mi relación con el Heer, debo ser algo así como un nazi desbocado que merienda niños judíos todas las mañanas mojándolos en la jícara de chocolate. Un tonto racista que desprecia a la gente por el color de su piel, y que se cree superior a los demás. no solo eso, sino que niega el derecho a vivir a los demás.

Cuando ya me conocen más de cerca, cambian de opinión. Y cuando les presento a mi familia, alguno abre tanto la boca que la mandíbula llega a rozarle el suelo.

A pesar de todo esto, aun así, estos días sentado al sol, delante de la puerta del chalet de mi hijo, cuando delante de mi pasaban los vecinos y me veían siempre ávido de las noticias bélicas, las que más me suelen afectar de los periódicos, entran al trapo (creo que ya comenté que no suelo consumir mucha prensa, pero mi hijo, por deformación profesional, aun lejos ya de su actividad profesional, sigue leyendo mucha prensa. Así, todos los días me trae ABC, El País, El Mundo, Público y algo de la prensa local).

Suelen decirme alguna majadería como "esos salvajes de judíos deberían encontrar la horma de su zapato"

Vamos a ver, pero despacito, para que nadie se pierda.

Ni yo, ni creo no equivocarme un centímetro, ninguno de mis camaradas, conocía el holocausto en ese momento. Sabíamos, si, de su discriminación, y bien que muchos de nosotros nos enfrentamos con ellos. Hay innumerables anécdotas que no creo necesario recordar.

Pero aun más: según supe después, hubo algún judío entre nosotros. Judíos que se sentían alemanes, pero que por su porcentaje de sangre judía no podían formar en el ejercito alemán. No como alemanes... pero si como voluntarios españoles. Y aun recuerdo una charla que, al cubierto del frío en una isba, tuvimos cuando alguien cuyo nombre no recuerdo, muy puesto en lecturas, nos habló de algún artículo que había leído hacía mucho tiempo, donde se defendía desde posturas falangistas el hermanamiento con los sefardíes, para apoyarse en ellos como punta de lanza de la hispanidad.

No, entre nosotros no había judeofobia alguna. Antes al contrario, por donde pasamos, intentamos ayudarles frente al pisoteo de las tropas alemanas. Que tampoco todos eran iguales, y eso, quizá conviene aclararlo. Tambien hubo algun mando alemán que nos miraba con desprecio, por nuestra piel y pelo más oscuros, como en rebotica, hay de todo.

Mas dejemos el pasado.

El presente es el que es. Hay un estado que nos hace el inmenso favor de defenderse, y con nuestra inmensa fortuna de que lo haga sin complejos, frente a la avalancha musulmana que nos viene encima. Contra el fin de la civilización occidental tal y como la entendemos, contra esta, y perdón por la palabra, pero es frase leída a Rafael García Serrano, contra esta vieja puta que es Europa.

Israel se defiende del terror. No quiere más muertos suyos y, por tanto, empieza una guerra donde, claro, alguien tiene que morir. No se tiran confetis desde los fusiles. Su ejercito no dispara galletas maría, como el nuestro. Por suerte para nosotros.

Y aquí, mientras, los que se agarran el cuerno, defendiendo no solo a Palestina, sino queriendo masacrar el estado de Israel. Queriendo matar judíos.

Decidme pues: ¿quien es el racista, el antisemita? ¿lo soy yo, que me siento como un habitante de Tel Aviv, o lo son estos que piden la muerte de todo judío que se ponga por delante, a la sombra de la sagrada libertad de expresión?.

No se si hay más de insensatez, o de estupidez.

sábado, 17 de enero de 2009

Alicia, que acaba de volver de Castellón

Ayer fui a ver a mi abuelo, está un poco pocho. Se ve que el frío le ha afectado a los pulmones y, de momento, no queremos que viaje. Se queda de momento con mi tío en su casa. Os manda recuerdos a todos. Me pidió que le llevara unos cuantos libros, así que como veis, sigue estando ágil de mente. Incluso me dio unas notas para que las transcribiera aquí... que he dejado en mi casa. Intentaré subirlas a lo largo de esta próxima semana.

Pablo: he visto tu mensaje hoy mismo, no entro en este blog más que desde casa de mi abuelo, donde ahora estoy. Le pasaré el mensaje a mi abuelo cuando hable con el... pero tengo que decirte que está muy escarmentado de tratos con historiadores, más de uno y más de dos han vapuleado sus recuerdos diciendo blanco donde el dijo negro.