Oigo una noticia a la que no doy crédito. Botín, el banquero, ha regalado un manto a la Virgen del Pilar.
Hasta aquí, encomiable, en esta época en que el anticlericalismo resurge poderoso.
Pero resulta que el manto parece ser que lleva el emblema y los colores del banco. Y esto, más que una ofensa, una blasfemia, creo que casi es una herejía.
No tengo una cuenta en ese banco. Si la tuviera, no tardaría en cancelarla.
jueves, 24 de enero de 2008
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