El punto de vista de un viejo divisionario

miércoles, 25 de febrero de 2009

Noticias

Hola, soy Alicia.

He tardado por problemas personales. Mi abuelo sigue malucho, los problemas circulatorios de la pierna que han derivado en una úlcera muy dolorosa, parece ser que se agravan porque en esa misma pierna durante mucho tiempo conservó un trozo de metralla que, hasta años después, no le sacaron.

Aunque nos ha asustado bastante (pensábamos que llegarían a amputarle la pierna, por mera ignorancia médica), parece que va recuperandose. Aunque quizá después un tío mio se lo lleve a Madrid para que lo vea un especialista muy amigo suyo que atiende allí.

Sol: por razones obvias no le he pasado tu recado. Y no hay correo electrónico que darte, porque el suyo, lo gestiono yo mientras no esté bien.

Pero tengo alguna noticia más. Y una sorpresa.

La noticia es que hoy he comido con mi amigo, el padre del niño... y luego le he acompañado a la clase que daba. ¡Yo quiero ser alumna suya!. Es la primera vez que oigo a alguien mencionar a Spengler en estas aulas, y eso por no contar otras cosas que a mi, me dejaron preocupada. Decir alguna que otra de las frases que le he escuchado me temo que tiene sus riesgos.

Y la sorpresa: tengo unas líneas de mi abuelo que transcribir, lo que hago inmediatamente. Espero entender bien su picuda letra.

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Grados de corrupción.

No voy a defender al PP. Ni son "los mios", ni tan siquiera me gustan. Pero si tengo que decir que me hace gracia, mucha gracia, ver al partido socialista acusándole de corrupción, con esa marioneta histérica que es el juez Garzón (lo siento señoría, pero creo que a mi edad no me puede encausar) lanzando improperios.

No dudo de que el PP esté lleno de ladronzuelos y desgarramantas pero ¡quien fue a decirlo! Un partido que se ha caracterizado históricamente, desde Prieto a Zapatero, pasando (¡y vaya que pasando!) por Felipe González le acuse de corrupción, viene a ser como si un drogadicto afeara a los fumadores su actitud.

Por supuesto, el hombre de la calle no tiene memoria, no recuerda a Filesa, a Matesa, a las cabezas rectoras del estado, desde el BOE a la Guardia Civil viendo el mundo a través de las rejas. Y, claro, el PP no tiene narices para recordárselo a la gente. Como decía Ricardo de La Cierva, no son más que un atajo de cobardes y coprófogos. Así les va, así nos va a todos.

Y, dentro de toda esta película, destaco a tres actores principales. Destaco a ese ministro, que dice que luchará contra los hijos tras luchar contra los padres, olvidando quizá el pasado muy azul de su progenitor, al que, imagino, habrá abandonado en una gasolinera. Ministro que defiende la igualdad, pero que es más igual que los demás, que se permite cazar sin permiso. Claro que "ud. no sabe con quien está hablando".

Destaco también a ese juez valiente, que le manda a los guardaespaldas a un par de jubilados que lo increpan, pero que le da un soponcio, quizá, por el retraso que tuvo la partida de defunción de Franco. Claro porque ¿y si estuviera vivo aun?. Corriendo a la frontera, majo. Eso, o a entrenar levantando el brazo. Seguro que tu familia te podría enseñar a hacerlo. Ese juez, estrella con acciones para ser estrellado, que brinda por las decenas de años que debe quedarle al PSOE. No dudo que así será, con los mimbres que tenemos nos saldrán esas cestas, pero que un juez (¿imparcial?) brinde por ello... si, con Stalin pasaban cosas así.

Y, como traca final ¡Gallardón, borracho!. ¿Que dirá tu suegro si se entera?. O mejor ¿que dirán tus camaradas con los que vendías opúsculos más bien nazis en la Castellana hace ya muchos años?.

Tenemos unos políticos que, lamentablemente, nos lso merecemos.

Vamos directos al pudridero.

sábado, 14 de febrero de 2009

Aun igual

Soy Alicia de nuevo.

Mi abuelo sigue pocho. Quizá un poco peor, pues le llegó la noticia de la muerte de un camarada, Leopoldo Espósito, de Madrid, y le ha afectado bastante. Me contó mi tio que este domingo pasado se quedó en casa y vio la misa por la TV, así que si debía estar tocado por la noticia, pues no es propio de él.

Espero poder daros buenas noticas pronto.

En cuanto a la otra preocupación que comparto con vosotros, poco más se. Vi al niño el jueves y, su padre tenía razón, no aparenta estar enfermo, desborda vitalidad. De hecho se mueve como dieciseis. Hasta intentó levantarme la falda, vamos. Me contó una anecdota con pelos y señales, que despues al verla transcrita me emocionó igualmente, el niño tiene todo un caracter. Así debería estar siempre. Este lunes pasaré a ver a su padre, para interesarme por posibles novedades, se que tienen muchas citas pendientes en el hospital.

sábado, 7 de febrero de 2009

Alicia - Mi abuelo sigue un poco pocho

No quería dejar pasar más tiempo sin venir por aquí y daros cuenta de la salud de mi abuelo. Tenía problemas en las piernas, y se ha complicado con el frío. Ahora está muy, muy constipado, y a su edad no creemos conveniente que se mueva de donde está. Luis: le he pasado tu recado. Pablo: no ha podido ni verlo, ha estado unos dias sin levantarse de la cama.

Pero está muy bien cuidado y mi abuelo es muy fuerte, una roca, no es su salud la que me preocupa.

Llevo toda esta semana dudando sobre si escribir esto. Y hoy me he decidido. He consultado a mi abuelo y me ha dado no solo su permiso, sino su bendición. Él ya habló del tema antes de irse, y sigue muy preocupado las noticias que le voy dando.

Esta semana ya no tenía exámenes. Me pasé a saludar a mi amigo, el profe, pero no estaba. Al día siguiente fui para restregarle por la cara que se fuera del despacho en horas de tutorías pero cuando le vi la cara supe que algo había pasado. Y no me equivocaba.

El día anterior habían ido al especialista con el niño. Me contaba que su mujer salió prácticamente llorando, y que a él solo le contuvo el tener a su hijo delante. Quien les atendió les dijo a las bravas poco menos que solo podían esperar a ver como evolucionaba. Y cuando preguntaron los síntomas que debían esperar les dijo: "Variables. De problemas oculares, a que tenga un aneurisma de aorta y se muera en segundos".

Me puse a llorar allí mismo. Y ahora, también al recordarlo. Mi amigo tiene Fe, una Fe a prueba de bombas, ha pasado por situaciones difíciles por desgracia con una frecuencia poco frecuente. Terminó consolándome a mi.

Y yo, solo puedo rezar. Cuando se lo dije a mi abuelo, me dijo: "Reza, reza sin parar hasta que las palabras te duelan en la garganta". Mi abuelo no llora, o lo hace pocas veces. Pero se que por dentro, lo hacía.

El jueves no iré a clase por la tarde. Me voy a escapar para tomar café con mi amigo... y acompañarle a recoger a su hijo al colegio. Necesito verlo.

Disculpad por robar vuestro tiempo. Pero necesitaba contarlo. Y el dueño del blog, me deja.