Cuando Franco se sacó de la manga el referéndum de la Ley Orgánica del Estado, un grupo de camaradas nos enfadamos tanto que estuvimos a punto de montar una zapatiesta. Y cuando en 1969 hizo sucesor a título de Rey al pequeño Borbón, algunos se hicieron oír... en círculos internos, porque desde luego no teníamos ningún altavoz. Es de recordar como Rafael García Serrano fue cesado fulminantemente por su postura falangista y, por tanto, republicana.
Ahora, aquel niño que accidentalmente en 1956 mató a su hermano menor, este cazador de osos borrachos pagado por los impuestos de todos, la máxima representación de la desigualdad (o de como solo por nacer en una determinada familia puede convertirse en rico y poderoso alguien), se enfrenta a voz en grito a un mandatario internacional que, por otra parte, tampoco parece ser trigo limpio.
¿Y esto que es?. Esto, junto con la visita a Ceuta y Melilla tan solo es un lavado de cara a la monarquía. Después de una sesión de humillación, quema de fotos, etc., con esto, casualmente o no, la monarquía vuelve a ser un valor estimado por los españoles. El Rey, aupado por la clase política y mediática, sin permitir que la gente de la calle piense por si sola. Incluso prohibiéndolo.
Que políticos y que medios de comunicación más penosos.
martes, 13 de noviembre de 2007
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