Cuando al final me decidí a crear este espacio de comunicación, hombre metódico como siempre he sido, dediqué un par de meses a ver otros "blogs". Tanto por forma como por lo que cuentan.
Vi autentica basura, tanta que a punto estuve de dar un paso atrás, pero también vi alguna página bastante potable.
Una de ellas, con, y creo no equivocarme, destellos azules, fue Palabra y Obra. Alguno de los libros que más me hicieron vibrar ahí los vi referenciados. Incluso en un par de ocasiones me dejé llevar por sus consejos y no, no me defraudaron.
Tanto es así, que es de los pocos "blogs" que sigo. Pues bien, hoy acabo de ver una entrada que me ha emocionado. En ella habla del libro "Tan lejos como los pies me lleven".
Este libro lo leí en Paraguay, en una edición que mi querido Caralt Borrell nos hizo llegar a todos sus amigos divisionarios. Creo que estábamos en 1959 o 1960. Y me impactó. Más con el conocimiento de que lo que leía no era una novela, sino una historia verdadera donde el protagonista difumina su nombre y los de otros.
Recuerdo que metí con cariño el libro en la maleta al volver a España. Y que en cada mudanza, me ha acompañado. Ahora que veo que hay una edición reciente, voy a comprar un ejemplar para cada uno de mis nietos.
Me dicen que incluso hay una película sobre el libro. Y no me extraña, es una aventura totalmente cinematográfica.
Sobre todo para los que hemos vivido el invierno y el infierno soviético, que podemos ver y oler el escenario, pasen los años que pasen.
La actualidad del libro es obvia: para todos aquellos que crean en el comunismo, este libro les hará caer los palos del sombrajo.
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