María Teresa Fernández de la Vega, la mujer que descubrió la pólvora, la cara dulce del gobierno, esa entrañable luchadora antifranquista...
Pero ¿que quieres, María Teresa?. Yo no me lo creo. Y no me lo creo porque conocí a tu padre, Wenceslao.
Wenceslao Fernández de la Vega, un hombre de Girón (el camarada Girón, con sus luces, muchas, y sombras, pocas). Un hombre de la total confianza de Girón.
Y eso quería decir muchas cosas.
¿Que pretendes, asesinar a lo Freud al padre? ¿por eso te comportas así?
¿Y que culpa tenemos los demás?
Yo no me he creído los rumores que dicen que apoyaste el matrimonio homosexual para casarte en secreto con María Escario. Eso, además de ser de mal gusto, huele a mentira a distancia. Pero si me creo lo que veo. Y lo que veo es un comportamiento que no es normal, que debe tener algún origen en un trauma psicológico.
O sicológico. Que aunque la RAE diga que es lo mismo, sabemos que significa la raíz psico-... pero olvidamos que en griego sico significa higo.
Lo cual no está muy alejado de la realidad.
¡Camarada Wenceslao Fernández de la Vega!
¡Presente!
sábado, 10 de noviembre de 2007
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2 comentarios:
¡Ahí le has dado!
Bien analizado.
Un abrazo
Sobrina del gran escritor galleguista Celestino Fernández de la Vega
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