El punto de vista de un viejo divisionario

miércoles, 2 de enero de 2008

Páginas amargas

Cuando se tienen mis años y se es consciente del poco tiempo que resta entre los vivos, las lecturas se criban. No hay, literalmente, tiempo que perder.

Por eso, cuando me regalaron, con buena intención, si, una supuesta historia de la División Azul, en la que además habían sido entrevistados para ello alguno de mis queridos camaradas, antes de leerla, llamé por teléfono a un amigo de mi hijo pequeño, un auténtico devorador de páginas que hagan referencia a la División, con la seguridad de que él lo habría leído ya.

Cuando le dije que se trataba de un libro de “José Luis Rodríguez Jiménez”, me cortó la palabra. Me dijo que se le recordaba ya desde hace mucho, en sus orígenes de historiador, por merodear el SEU. “El puma”, le llamaban, con una mezcla de ironía y desconfianza. Conocía su “De héroes a indeseables”, que es como se llama su libro sobre la División, como también otros dedicados a la Falange. Y su opinión no era muy halagüeña. No obstante… la curiosidad pudo conmigo, y lo metí en la maleta cuando me fui a celebrar la Navidad a casa de mis hijos en Madrid.

Por si a alguien interesa la opinión de alguien que lo vivió, aquí va.

A modo de resumen, como ya he comentado antes, sabedor de que el tiempo que me queda es poco, escojo muy bien mis lecturas. Hay que aprovechar los minutos. Pues bien, la sensación que me llevé es que con este, tiré el tiempo a la basura.

La primera bofetada la recibo cuando veo que desprecia a las “fuentes interesadas”. Claro, el régimen, mentía para azucarar la historia. Y los falangistas tampoco somos de fiar. Así, le da la máxima verosimilitud ¡a un informe del Partido Comunista! (en la página 65). ¡Ay, bacalao, que tan pillao!

Disparo algunas de mis anotaciones, a modo de ejemplo.

Página 66: Habla de Valencia. Dice que de esta provincia es de las que menos voluntarios aportó… y poco después dice que Valencia y Murcia son las que más voluntarios han aportado ¿en que quedamos?

Página 74: Dice que Franco, militar excelente, estratega ejemplar… sabe poco de Napoleón. Sin comentarios.

Página 82. Al fin una nota positiva. Trae el recuerdo de cómo preferíamos el Cara al Sol frente al himno nacional. Nos ha fastidiado ¿podría ser de otra forma y preferir los falangistas la Marcha Real?.

Página 109. Habla de guripas despeados. Bravo, el término esta bien, es correcto…. Pero nosotros decíamos aspeados, tomado de los caballos. Como éramos nuestros propios caballos… éramos nosotros los que nos aspeabamos.

Página 110. Trata al tabaco como un vicio. Vale, bravo por este seguidor del gobierno del PSOE que mete en la cárcel a los que fuman pitillos y fusila a los que alguna vez fumamos un faria. Pero es que el tabaco en esas condiciones no es un vicio… es una herramienta para quitar el hambre, como sabe cualquiera que pasara por circunstancia semejante, caso que no es el del autor.

Página 210. Dice “A la tropa le da asco que le hablen de Alemania y Hitler”. ¡Si, tu estabas allí!

Hace una serie de desagradables consideraciones sobre la relación de los guripas con las prostitutas, en las que no me voy a meter. Como también pasaré por alto el patético capítulo sexto, “Españoles contra españoles”. En el, en la página 304 revisita el cuento de hadas de Ciges y de Berlanga… vaya… veo que no ha reparado en sus encendidos artículos en la "Hoja de Campaña”.

En fin, no sigo… o se me atragantará el café.

4 comentarios:

Guerrillero dijo...

Mi respeto y profunda admiración Sr. Ferrer, por romper su silencio en unos tiempos tan poco propicios...

Guerrillero dijo...

Compré el libro del que usted habla en Astorga este último verano.
Fue por la curiosidad que despertó en mi el libro de los hermanos Garrido sobre la búsqueda de los restos de su tío en el frente ruso...
Aunque no tengo ninguna autoridad en el tema, si me ha parecido que el autor mezcla opiniones personales con datos históricos sin especificarlo debidamente y esto no es serio desde el punto de vista histórico.
De todos modos el tema es lo suficientemente apasionante en si mismo como para que opiniones subjetivas le resten el interés.
Por otra parte estará usted de acuerdo conmigo que escribir un libro sobre la División Azul (como sobre la guerra Civil) que guste a todo el mundo es algo totalmente imposible. Miles de seres humanos procedentes de los más diversos origenes y condiciones, mezclados y sometidos a las penalidades físicas y emocionales más extremas que nadie pueda imaginarse. Es inevitable que surjan reacciones de todo tipo. Lo mejor y lo peor que llevamos dentro surje cuando nos aprietan las tuercas. Claro que habría gente que maldecía a Hitler, a los mandos, a los rusos, a la nieve y a todo lo que se moviese delante de uno. Pero también, y esto es lo verdaderamente valioso y excepcional hubo hombres que por encima de toda la miseria que les echó encima la guerra elevaron sus espíritus y realizaron gestas inexplicables desde toda lógica racional.
Otra cosa que echo de menos en el libro son los mapas, esquemas y croquis para aclarar los muchos y complejos movimientos de tropas que protagonizó la DA. He encontrado en la red estos

http://usuarios.lycos.es/jnroldan/mapas.htm

Agradecería mucho que les echase un vistazo y publicase algún comentario en su blog.

El libro mencionado no lo hace y esto empobrece mucho la información presentada. Yo, después de leer más de la mitad del libro, me vería en un aprieto para localizar sobre un mapa de Rusia los hechos más elementales que tantas palabras ocupan en el libro.

Bueno Sr, Ferrer, no le robo más tiempo. Es para mi un verdadero honor haber contactado con un ex-divisionario y creo que sus testimonios,los de los hombres que SI estuvieron allí, si aún no se han recopilado, son el verdadero libro pendiente de la DA. Y no debería perderse un tesoro así ni ser sustituído por análisis históricos fríos y parciales que nos hagan olvidar los nombres de todos y cada de los que dejaron sus vidas entre el barro y la nieve de aquel infierno...

Un abrazo y hasta siempre

Sento Ferrer dijo...

En el libro de los hermanos Garrido se cita a muchos queridos camaradas, de entre ellos no puedo dejar de destacar a Leopoldo, quien, y esto lo saben pocos, tuvo algun éxito literario escribiendo con pseudónimo al regreso de Rusia.

Evidentemente, hablar de cualquier tipo de conflicto bélico, supone que siempre habrá a quien no le guste la manera de hacerlo. Pero es que en este caso, lo que duele es ver como se emplean incluso las verdades como arma arrojadiza, para darle la vuelta como un calcetín y despues poder esgrimir: ¡si es la verdad!

El libro que siempre he considerado mejor sobre la División ha sido el de Kleinfeld y Tambs. Y el que más me impactó, el de mi llorado camarada Poquet, que escribió a su regreso de su visita de once años en Rusia, antes de morir y sus hijos reeditaron. El prólogo es de otro camarada valenciano, tambien querido y fallecido recientemente, Miguel Oltra. Miguel era mucho más joven que yo, su muerte no la esperaba en absoluto.

Los mapas de esa web, como se indica, son del libro de Esteban Infantes. Libro que desapareció en una de las mudanzas que sufrí, hace años, y que desde entonces busco en librerías de viejo.

Gracias por la visita.

Guerrillero dijo...

Sr. Ferrer, tomo nota de los libros que menciona. Intentaré conseguirlos para leerlos este verano. Justo en frente de la casita que alquilamos vive un veterano de la batalla de Brunete. Hace un par de años falleció su mujer y ahora se suele sentar solo en un banco de la plaza. Más de una vez me he sentado con mis hijos en el suelo para oir sus recuerdos. Es curioso que recuerde tantos detalles de aquellos días pero no que ya nos las ha contado varias veces. O a lo mejor sí y simplemente le gusta ser escuchado.
Sus historias nos dejan a todos con el corazón en un puño. Dos días tirados en una carretera en verano, varios compañeros que intentaron acercarse a un pozo y "allí quedaron", una bala que le partió la bayoneta y se la clavó en la espalda, una vez que se ofreció de voluntario para llenar las cantimploras en un manantial y mientras corría sentía las balas de una ametralladora apostada en un campanario golpearle en las piernas después de rebotar en el suelo...en fin, considero un privilegio que mis hijos escuchen esas historias para que no banalicen las guerras y disfruten de cada día, de cada verano, de cada comida en familia y de cada noche que se acuestan en una cama limpia y acogedora y oyen las buenas noches...