El punto de vista de un viejo divisionario

sábado, 18 de octubre de 2008

El manifiesto de los 10

Soy Alicia.

El otro día, en casa nos quedamos helados viendo el telediario. Al ver las noticias, pensamos todos "parece que Garzón esté apuntando al abuelo".

Le llamé por teléfono y, con la voz más tranquila que nunca le había oído, me dijo algo que entonces no entendí, y que al comentarselo a mi padre me explicó. Me dijo algo muy simple: "No importa". Mi padre me contó que así se llamaba al boletín que la Falange publicaba los días de la persecución.

Me fui a su casa después de la cena y lo que vi me impactó. Con un profundo cabreo (le pido perdón, a él no le gusta que emplee este lenguaje) le vi organizar papeles. Me explicó que buscaba toda aquella documentación que relacionara sus actividades con la Falange y/o el Movimiento, para enviarselos a Garzón a su despacho. Llamé a casa y vino mi padre. Nos costó mucho hacerle desistir de la idea.

Esta mañana he empezado a llamar por teléfono y, esta noche, en lugar de ir de fiesta, hemos venido a su casa diez amigos. Amigos, nietos y amigos de sus nietos...

Y los diez nos hemos hecho un juramento: acompañar a mi abuelo en lo que venga, y aceptar como propias todas las decisiones que a partir de ahora tome. Si hay que correr con gastos, cada uno en la medida de sus posibilidades (hay algun estudiante entre nosotros, como yo misma) tomará parte de ellos.

Mi abuelo, que es alguien con una moral dificil de quebrar, se ha emocionado tanto con esta reunión improvisada que nos ha pedido disculpas para ir a acostarse. Le he preguntado si tenía inconveniente en que lo contara aquí y me ha dejado libertad para hacer lo que yo pensara mejor "en este momento tengo las entendederas nubladas", me ha dicho. Al principio quería quitarnos de la cabeza cualquier cosa parecida a ésta decisión. Insistía que lo que tenía era ganas de ver en que quedaba esto, y que para eso no necesitaba embarcar a nadie más. Aquí, mi amigo Fernando, le ha ganado la mano. Cuando Fernando le dijo "somos tus camaradas. No nos dejes fuera", yo ya sabía que mi abuelo daría su brazo a torcer.

Pienso que lo que hacemos es lo correcto y quiero compartirlo con quien se que, desde la distancia, tambien le aprecia.

Y ahora me vuelvo con los demás al salón. Aprovecharemos, con el permiso de mi abuelo, para grabar unos discos que guarda como oro en paño de la Cadena Azul de Radiodifusión, algo que hasta hoy mismo no sabía ni que existía. Eso se lo debemos tambien a Fernando, que es un estudioso sobre la OJE.

La noche será larga. Larga y falangista. Es la primera vez que me llamo así a mi misma.

7 comentarios:

27 puntos dijo...

Ya no sois sólo diez, conmigo sois once .-

Alvaro Romero Ferreiro dijo...

Enhorabuena Alicia.Nunca es tarde.¡¡Arriba España!!

Herrgoldmundo dijo...

Yo no soy falangista, pero me considero español hasta la médula.
Puedes estar segura de que no sois 10, sino que somos cientos de miles los españoles de bien que apoyaremos y defenderemos la memoria de quienes dieron lo mejor de sí mismos por España, tu abuelo incluído.
Es una vergüenza y un ultraje la venganza que se está sirviendo, no ya en plato frío sino ultracongelado, por mor de satisfacer los egos y las ansias revanchistas de Garzones y demás bribones.

Saludos y ¡Arriba España!

Rafael C. Estremera dijo...

Nada de diez, camaradas; empezad a sumar.
Tengo este blog enlazado en el mío (http://milibreopinion.zoomblog.com/), con mucho gusto, y en él me he

permitido hacer una referencia a esta entrada,

(http://milibreopinion.zoomblog.com/archivo/2008/10/19/sobre-El-Manifiesto-De-Los-Diez.html), cuyo

contenido copio:


Así se llama una entrada publicada por la nieta de un camarada, cuya lectura recomiendo. El resumen podría

ser este: "somos tus camaradas. No nos dejes fuera".
Pues nada, amigo divisionario, camarada, empieza a sumar.
Lo primero, porque aún quedamos algunos bien nacidos; no demasiados, pero sí los suficientes. A los que

hicísteis la España que nosotros debíamos haber heredado nuestro agradecimiento. Aunque una partida de

robaperas nos la escamotearan.
Lo segundo, porque -aunque ya hace unos días le decía al necio Garzón que echara sobre mí las

responsabilidades en que pudiera haber incurrido mi padre- uniéndome en torno a los que lucharon junto a él,

le rindo el homenaje de respeto que todo hijo debe a su padre. Al menos, cuando lo conoce, caso no demasiado

frecuente a lo que se ve.
Y si la trayectoria de mi padre no es suficiente para que Garzón lo mire, (porque fue soldado de filas, con dos

tiros en su cuerpo y una condecoración al final de la guerra; y volvió a su oficio, y casó y tuvo un hijo, que aquí

está; y falleció, y en ninguna de esas cosas se valió para nada de haber vencido una guerra que el no provocó,

pero hizo porque no había más remedio); si mi padre no le sirve al inepto Garzón de chivo expiatorio, vuelvo a

ofrecerme y vuelvo a citarle mi trayectoria:
Militante de Fuerza Nueva desde mayo de 1977 (esto es, con 19 años, lo que implica que era mayor de edad y

totalmente responsable), tomé parte en la defensa de la sede de Mejía Lequerica en dos o tres intentos de

ataque de unas manadas de guarros; manadas que salieron de naja rápidamente, la mayoría con el rabo entre

las piernas aunque alguno quizá se lo dejara en el suelo.
Allí tuve el honor de dirigir una publicación que llamamos "Cruz de los Caídos", porque un monumento así daba

nombre a una plaza del Distrito.
A primeros de marzo de 1981 fui detenido mientras pegaba carteles junto a otros muchos camaradas, que

queríamos probar qué pasaría tras el 23-F famoso. De Fuerza Nueva fui expulsado en ese mismo 1981, por

motivos que no hacen al caso, pero que ni dejaron peso en mi conciencia ni rencor en mi memoria.
En 1981 me afilié a Falange Española de las JONS, donde dirigí durante unos meses la revista del Distrito, que

se llamaba "Así", y de donde me fui en 1982, por motivos que tampoco vienen al caso.
En 1984 ó 1985 me afilié a Juntas Españolas, donde tomé parte en la primera manifestación contra el

terrorismo que terminó en la Plaza de la República dominicana, y en la primera que pidió la pena de muerte

para crímenes terroristas. También dirigí la publicación "EJE", desde el primer número hasta casi el final, y

como tal director formé parte de la Junta Nacional.
Así es que ya sabes Garzón; te repito lo que te dije hace unos días: entrúllame.
Está llegando el momento en que (como en aquella jota famosa en los meses previos a la guerra, "tengo un

hermano en el Tercio / y otro tengo en Regulares, / y el hermano más pequeño / preso en Alcalá de Henares"),

los españoles decentes sólo puedan estar en la cárcel.
O en el cementerio, pero ese gusto no os lo vamos a dar, garzones.

MEMORIAZUL dijo...

Ánimo Alicia,

no tienen lo que hay que tener para ir contra un español honorable como es tu abuelo.

Lo primero que les falta es legitimidad moral, porque asesinaron tanto o más de lo que nos atribuyen. Lo segundo porque como bien sabe Sento, primero tendrían que ir contra sus padres, vease: Bono, De la Vega, Bermejo, etc.

Pero si por casualida algo intentaran, aqui nos tienes a todos, y a mi el primero para lo que haga falta.

Un abrazo para los dos.

Roger López García
Redacción de MEMORIAZUL

Hedillista dijo...

Hola, Sento. Antes de nada, quiero pedirte perdón por haber confundido tu nombre en mi anterior comentario, convirtiéndolo en uno más angelical. Alicia, a ti quiero decirte que lo que has escrito es muy emotivo. Volviendo con Sento, quisiera transmitirte el apoyo de todos aquéllos que aun estando en otras latitudes de España, queremos hacerte llegar todo nuestro calor y cariño por algo que, además de injusto por cuanto tiene de cobarde y rastrero, no es más que una cortina de humo para desviar la atención de los españoles sobre la crisis económica desatada por el fracaso del sistema liberal-capitalista. Un saludo nacionalsindicalista desde tierras vascas.

Aurelio dijo...

No sois 10, somos muchos más... Como Falangista, hijo y nieto de Falangistas, me uno a vosotros.

Si el "señor" Garzón viene a por nosotros, se encontrará que somos muchos, muchos y valientes hasta el final.

Un saludo a nuestro estilo, y mis respetos a vosotros, camaradas.

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